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EL ESCORPION PALESTINO por Lior Keinan, Consejero Político


En la conocida fábula, el escorpión le pide a la rana que lo ayude a atravesar el río. Obviamente, ésta se niega temiendo por su vida, pero el escorpión la persuade diciéndole de que en caso de atacarla morirían los dos en el río. La rana se convence, y decide ayudarlo a cruzar el río. Sin embargo, a la mitad de la travesía, el escorpión pica en la espalda a la rana y los dos comienzan a hundirse. Antes de morir ahogada la rana le dice: por qué me picaste? vamos a morir los dos. A lo que el escorpión le contesta: es mi naturaleza.

Esta fábula describe de manera exacta la situación actual en la Franja de Gaza, en la que la organización terrorista Hamas es el escorpión y la rana es la población civil palestina.

También en este caso la población civil palestina tuvo miedo, pero el escorpión los calmo diciéndoles que si lo elegían como líder, la situación de la población mejoraría, y… también en este caso surgió la naturaleza del escorpión, ya que Hamas continuó con sus actos terroristas a pesar de que se siguen hundiendo junto con los civiles palestinos.

El sufrimiento ocasionado a la población de Gaza tiene una sola causa: la decisión de Hamas de continuar con el terrorismo dirigido la población civil israelí. La detención de estas actividades terroristas puede llevar al mejoramiento de manera inmediata de la situación palestina, pero desafortunadamente el escorpión permanece escorpión. Es su naturaleza. Y en la Franja de Gaza, la población civil continua siendo rana, llevando en sus espaldas al escorpión: Hamas.

Desde el año 2000, la organización terrorista lanzo desde Gaza más de 7.000 misiles al sur de Israel teniendo como objetivo escuelas, jardines de niños, mujeres, ancianos, etc.

Más de 7.000 misiles.

Algún lector puede imaginar mas de 7.000 misiles cayendo sobre el Distrito Federal?

Qué habría hecho el gobierno de cualquier país en el caso de que en su territorio soberano cayeran mas de 7.000 misiles?

En los primeros años de lanzamiento de misiles, los palestinos dijeron que este era su medio de lucha contra la ocupación. Pero cuando durante el año 2005, Israel salió completamente de la Franja de Gaza, expulsando a miles de ciudadanos israelíes de los hogares que habitaron durante decenas de años, este argumento dejó de tener sentido, y a Hamas le quedaron dos opciones: parar el terrorismo y convertir a Gaza en el paraíso largamente soñado por los palestinos, o continuar con el terrorismo, asumiendo todas las consecuencias de esa decisión, entre otras, el sufrimiento desmedido de la población civil.

Y qué escogió? El escorpión se mantiene escorpión.

Fuente: Israel Diplomatic Network

Olmert, ante el informe del Líbano, dice que aún le quedan muchos años en el poder



LA PRENSA ESPECULA CON SU DIMISIÓN

"Me han preguntado mucho qué sucederá esta semana. No os preocupéis, aún nos quedan muchos años en el poder". Estas fueron las palabras pronunciadas por el primer ministro en la reunión de los lunes de su partido, Kadima, y en referencia a la publicación de las conclusiones del informe de la Comisión Winograd.
Pese a haber sufrido numerosas presiones políticas para adelantar las conclusiones, el juez Winograd “no ve motivos para cambiar la fecha” y dará a conocer el contenido del informes el día que estaba previsto, este miércoles día 30.
El informe sobre la gestión de la Segunda Guerra del Líbano se prevé muy duro e incluso se ha llegado a afirmar que podría provocar la salida del primer ministro.
"No seamos tan emocionales. Hemos resistido ataques en el pasado y afrontaremos este nuevo reto ahora", quiso sentenciar Ehud Olmert ante las informaciones de la prensa.
El líder del Kadima también hizo alusión a las negociaciones abiertas con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abú Mazen, y muy en concreto sobre el futuro de Jerusalem y Olmert negó que hubiesen empezado con la división administrativa de Jerusalén.
"La cuestión de Jerusalén es muy sensible (...) Es mejor comenzar por los asuntos en los que hay opción de llegar a un entendimiento que hacerlo por aquellos en los que el desacuerdo es tan grande", remachó.

Fuente: Libertad Digital

Los «rabinos» de Ahmadineyad


Cuando en 1896 Theodor Herzl publicó El Estado judío, todavía no se habían producido ni el ascenso del nazismo ni el Holocausto.
A la vista de las nuevas oleadas de violencia antijudía y al igual que muchos de sus correligionarios, Herzl había llegado al convencimiento de que no podrían vivir tranquilos en Europa. La persecución iba a ir en aumento, se iba a extender incluso a las naciones más civilizadas del continente y, una vez llegado el momento en que estallase, lo iba a hacer -llegó a vaticinar Herzl- con una furia hasta entonces desconocida. Lo que procedía no era ya tratar de explicarse la naturaleza del mal y, menos aún, lamentarse por él, sino simplemente salir de Europa. Sólo que, en esta ocasión, la huida no podía hacerse ya a cualquier parte ni de cualquier modo. La experiencia histórica había demostrado que no servía de nada trasladarse a países donde no se les persiguiera, puesto que bastaba con que un número suficiente de judíos se instalase en ellos para que el fenómeno brotase de nuevo. La solución debía, pues, ser política y nacional: había que salir de Europa, desde luego, pero había que hacerlo de manera organizada y planificada, y hacia una zona del mundo en la que fuera posible construir una patria definitiva para los judíos. Los sionistas estaban dispuestos a aceptar cualquier lugar que se les diese sobre la tierra, pero, desde luego, preferían que se les permitiese construir ese nuevo Estado en el territorio de la que, en otro tiempo, había sido su «inolvidable patria histórica», es decir, en Palestina, sobre la que, como afirmaba Herzl, el pueblo judío tenía por lo menos un derecho natural e histórico.

El llamado de Theodor Herzl no encontró una inmediata y unánime acogida por parte de todos los judíos europeos. Ciertamente, los hubo, y muchos, que se adscribieron enseguida a la empresa, y entre ellos no faltaron nunca los rabinos y maestros de la ley, a quienes el propio Herzl había demandado explícitamente ayuda y encomendado una serie de tareas muy concretas dentro del proyecto sionista. Sin embargo, también abundaron los casos de quienes o no se vincularon al proyecto por juzgarlo una utopía irrealizable, o se opusieron a él en nombre de otras alternativas que creyeron más viables y más acordes con los tiempos. Para muchos judíos progresistas y liberales, por ejemplo, el problema del antisemitismo debía resolverse por la vía de la educación y la transformación de la sociedad; en tanto que el sionismo era, más bien, una respuesta reaccionaria, por nacionalista y religiosa, a la llamada cuestión judía. De este modo de ver las cosas se derivaría todo lo que hoy se conoce como antisionismo de izquierdas.

En el extremo opuesto a esta clase de antisionismo progresista estuvo el que caracterizó a los judíos estrictamente observantes de la religión, a los haredim (o «temerosos» de Dios), a quienes el sionismo se les aparecía, en cambio, como una forma de pensamiento excesivamente moderna y completamente desvinculada de la tradición religiosa. Desde el punto de vista de estos fervorosos creyentes, no tenía ningún sentido fundar un Estado judío si no era para vivir como verdaderos judíos y, por tanto, si el Estado no hacía de la Torah su única ley. Además, el sionismo suponía un desafío a la idea tradicional de la redención mesiánica, que, tal como estaba depositada en los textos de la tradición rabínica, nada decía de fundar un Estado judío en Palestina, sino del advenimiento de una era mesiánica, cuyos efectos liberadores y redentores alcanzarían a toda la humanidad y no sólo a los judíos. A esta meta, además, no podía accederse por medios políticos, sino sólo religiosos y morales. De ahí que en 1912, y tras un Congreso Sionista que resultó especialmente polémico, se crease la coalición Agoudat Israel (Alianza de Israel), que, integrada por diversos grupos ultra-ortodoxos, practicó, desde entonces y hasta los años treinta, una política de frontal oposición al sionismo, es decir, al establecimiento de un Estado judío moderno y laico en Palestina.

La actitud de la coalición se modificó, sin embargo, nada más producirse la llegada de Hitler al poder. En la nueva situación, hasta los judíos más estrictamente observantes, los haredim de Agoudat Israel, abandonaron sus habituales reticencias y colaboraron con el movimiento sionista, facilitando la emigración de los judíos a Palestina. Quedaron, no obstante, algunos recalcitrantes, para quienes ni siquiera en esas circunstancias era lícito hacer ningún tipo de concesiones al movimiento sionista. A esta clase de disidentes, escindidos de la gran coalición de grupos ultra-ortodoxos, pertenecería precisamente ese grupo de «rabinos» que apoyan las conferencias negacionistas de Teherán, y que nada tendrían ya que ver ni con los ultra-ortodoxos de Agoudat Israel, que dejaron hace tiempo de practicar el anti-sionismo, ni, menos aún, con la clase de ultra-ortodoxos que más familiar nos ha sido en los últimos años, es decir, la de los colonos radicalmente sionistas de los territorios ocupados. Al contrario que éstos, los miembros de la secta Naturei Karta (Guardianes de la Ciudad, en arameo) han hecho de la militancia antisionista y pro-palestina una forma de vida, que va desde quemar banderas de Israel hasta hacer duelo el día de la Independencia de Israel o entrevistarse con líderes de Hamás.

Para ellos, la verdadera catástrofe no habría sido el Holocausto, sino la creación del Estado de Israel, de la que esperan graves consecuencias para el pueblo judío en forma de castigo divino, idea ésta que, como es natural, el presidente iraní apoya sin reservas, de acuerdo con su propia convicción de que, en efecto, Israel será destruida muy pronto, y no precisamente por un huracán bíblico. A cambio de darles la razón en sus presagios, lo que Ahmadineyad obtiene de esta secta es otro argumento más para cuestionar la existencia del Estado de Israel. Sin embargo, y pese a las coincidencias entre sus respectivos planteamientos, poco habría, de verdad, en común entre estos dos fundamentalismos, pues, mientras los Guardianes de la Ciudad dicen velar por que el pueblo judío no derrame sangre ni cometa pecados que lo alejen definitivamente de la posibilidad de una era mesiánica, lo que el presidente iraní planea es hacer entrar al mundo en una nueva era que, tal como él la concibe, difícilmente podrá tener nada ni de pacífica ni de mesiánica.

Fuente: ABC

Chile jugará ante Israel el 26 de marzo



La ANFP confirmó que la 'Roja' visitará Tel Aviv en los últimos días de marzo, como preparación para los duelos eliminatorios contra Bolivia y Venezuela. Para el cotejo, se espera que la Selección jugue con todas sus figuras que se desempeñan en Europa y América.

La Selección Chilena de fútbol disputará un cotejo amistoso contra su par de Israel, en Tel Aviv, el próximo 26 de marzo. El cotejo se enmarca en la preparación del cuadro dirigido por Marcelo Bielsa, para los duelos eliminatorios contra Bolivia y Venezuela.

El duelo, que se desarrollará en fecha FIFA, debería contar con la máximas figuras nacionales. Matías Fernández, Luis Jiménez, Mark González, Claudio Bravo, Humberto Suazo, entre otros, serían convocados por Bielsa, pensando ya de lleno en los cotejos por las clasificatorias.

Fuente: Prensafútbol

 
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